Crowdfunding
Escrito por Susanna Muntané
CPO de Inveslar
Modelos de inversión: Venta flash versus Ahorro
Publicado mayo 18, 2017
La inversión inmobiliaria abarca varios tipos de inmuebles posibles que requieren una actitud más activa o más pasiva frente a ellos.
Cuando hablamos de inversión en unidades sueltas destinadas a vivienda, de forma simplificada podemos distinguir entre dos modelos básicos: la compra para reformar y vender rápidamente para obtener un beneficio y la inversión a medio-largo plazo para alquilarlo y tener ingresos periódicos.
EL modelo de inversión para beneficio a corto plazo suele ir asociado a la compra de un inmueble a reformar. Generalmente este tipo de producto tiene un precio por debajo del precio medio de mercado al que debemos añadirle el coste de la reforma.
Para este tipo de inversiones hay que tener en cuenta varios costes y variables que afectaran a la inversión. En primer lugar, hay que considerar el tipo de reforma que será necesaria y los permisos que habrá que solicitar. También habrá que tener en cuenta los costes de proyecto de un técnico competente y la gestión de la obra. Por el tiempo en que seamos propietarios del inmueble tendremos que asumir los gastos de la comunidad si los hubiere.
En segundo lugar, hay que analizar las características de la zona y la demanda que hay o puede haber para el inmueble que vamos a reformar. Esto incluye tanto las características funcionales y de espacio como de precio.
Por último, tenemos que considerar los costes de la venta: gastos asociados a la publicidad de la venta, honorarios de comercializadoras y por último, los impuestos a liquidar.
Cuando la inversión la consideramos ahorro, es decir a medio-largo plazo, podemos también considerar un producto a reformar pues conseguiremos un precio de adquisición más asequible. En este caso, además de los costes mencionados en el modelo a corto plazo tendremos que tener en consideración los gastos de reparaciones a lo largo del período de la inversión, costes de gestión del alquiler en el caso que contratemos a un gestor, el seguro del inmueble como el seguro por impago si decidimos contratar uno.
Dentro de esta variedad de ahorro también podemos contemplar el alquiler temporal turístico. Para este modelo hay que tener en cuenta que la ocupación no es del 100% y habrá períodos en los que el inmueble estará desocupado y por lo tanto sin dar rendimiento, pero por el contrario los ingresos que percibiremos serán superiores a un alquiler de larga duración. Cabe destacar que conlleva un mayor coste de gestión y control.
¿Cuáles son los riesgos?
En ambas opciones hay que tener en consideración que existen riesgos. El mayor riesgo es que el proceso de venta (cuando consideramos la inversión a corto plazo) se alargue más de lo esperado. Durante este período el inmueble está vacío y sin dar ningún tipo de rentabilidad y vas a tener gastos que van reduciendo el margen de beneficio. Cuando se da esta casuística el mitigante es el alquiler.
Los riesgos del alquiler son el impago de los inquilinos, para mitigarlo es conveniente contratar un seguro que reduce la rentabilidad, pero minimiza el riesgo.
La inversión inmobiliaria requiere de una participación activa del inversor si se realiza individualmente.
¿Qué ofrece Inveslar?
La inversión a través del crowdfunding te ofrece la posibilidad de acceder a ambos tipos de operaciones recibiendo el retorno de una forma más pasiva, pues no requiere la participación activa en todos los procesos del inversor.
Puedes acceder a los proyectos “venta flash”, de corta duración o a los proyectos “ahorro” de medio plazo destinados a alquiler. Hay que tener en consideración que la categorización en uno u otro tipo no quiere decir que no pueda transformarse, es decir, los proyectos “venta flash” pueden pasar a alquiler si se demoran en vender y los proyectos “ahorro” pueden venderse antes del tiempo estimado si recibimos una oferta de compra interesante. En este caso proponemos a los socios que voten a través de Inveslar.com y pueden decidir si vender o no.
Con Inveslar.com tienes la posibilidad de diversificar en inmuebles distintos: por localización, por características, y lo más importante, creando tu propio portfolio ahorrando un poquito cada mes. Minimizando así el riesgo de tu inversión. Y sin tener que ocuparte de nada.