Ahorro
Escrito por Ignacio Villa
CFO de Inveslar
¿Inversión inmobiliaria o activos financieros?: ¿Qué opción tiene menos riesgos?
Publicado mayo 12, 2017
Las inversiones son siempre decisiones difíciles de tomar. En ellas entran en juego una gran cantidad de factores, pero es, sobre todo, el riesgo que pueden suponer lo que puede detenernos a la hora de decantarnos por una u otra opción.
Existen muchos tipos de productos entre los que podemos elegir a la hora de invertir. Por ello es fundamental que nos paremos a pensar un momento antes de decidir apresuradamente. La cantidad destinada al ahorro e inversión, el riesgo de la misma o los intereses que pueda generarnos son factores indispensables a la hora de escoger una alternativa.
Los activos financieros y la inversión inmobiliaria son los productos a los que recurrimos con más frecuencia. Dos formas de invertir muy distintas entre sí, no solo por el tipo de producto, sino también por sus ventajas e inconvenientes. Dependiendo de estas y de los aspectos ya señalados, como el riesgo que queramos asumir, podremos decidir qué inversión nos conviene más.
¿Qué son los activos financieros?
Los activos financieros son una forma de ahorro orientada hacia la inversión. Estos nos permiten recibir unos pagos o intereses según la inversión que hayamos realizado. Su base es una simple compra, por medio de esta se nos da el derecho a recibir unos determinados pagos por parte del vendedor según las condiciones establecidas en el contrato que hayamos firmado. Es una forma con la que podemos generar ahorros sin tener que realizar una actividad, muy al contrario, es este un sistema pasivo.
¿Qué ventajas y que riesgos implican los activos financieros?
Su funcionamiento es una de sus principales ventajas, pues es un modo cómodo para invertir sin tener que realizar un gran esfuerzo. Además, a ello se une la cantidad de productos que existen a nuestra disposición: activos a plazo fijo o variable, rentas a corto o largo plazo o subyacentes.
Pero, los riesgos de los que tenemos que hacernos cargo con este tipo de inversiones no son pocos. Estos están sujetos a muchas más variables que otros productos de inversión, por lo que su riesgo siempre es mayor. Los activos financieros están sujetos a los cambios continuos del mercado, por lo que perder lo invertido puede ser de lo más sencillo.
¿En qué consiste una inversión inmobiliaria?
Una inversión inmobiliaria es aquella que se destina a un activo real, es decir, a un terreno, un apartamento, una casa, un local comercial o, incluso, un edificio de viviendas. Estos mismos pueden adquirirse para su posterior venta o para un alquiler temporal o a largo plazo.
¿Por qué apostar por este tipo de inversiones?
Estas son inversiones que pueden ser mucho más seguras que las anteriores. Los productos inmobiliarios son bienes tangibles, algo que nos puede dar mucha más confianza que otro tipo de productos que no podemos ver ni tocar. Pero a ello se une el hecho de que no sufren las idas y venidas de los mercados, por lo que su riesgo se hace de esta manera mucho menor.
De igual modo, el interés que vamos a recibir es más sencillo de calcular y pronosticar. Los cambios en el mercado inmobiliario no son tan desproporcionados como en otros sectores, por lo que nos evitaremos grandes sobresaltos.
Además, hoy por hoy existen también productos de lo más variados. Comprar un inmueble ya no es un requisito indispensable para que podamos invertir. El crowdfunding inmobiliario ha hecho posible que podamos participar de forma parcial en la compra de bienes inmuebles mediante inversiones a medida, ya sea de cincuenta o miles de euros. Con esta inversión se entra a formar parte de una sociedad, la cual se hace cargo de la compra y gestión de los inmuebles, y se reciben las ganancias de la venta o alquiler de los mismos. Un sistema muy adecuado para aquellos que comienzan a dar sus primeros pasos dentro de las inversiones sin contar con una especial formación en ello.
Así, el mundo de las inversiones es un universo complejo, pero que también puede adaptarse a nuestros intereses y capacidades. Dependiendo fundamentalmente de los riesgos que queramos asumir, podremos decantarnos por una u otra alternativa. Pero lo cierto es que, los bienes inmuebles resultan siempre más fiables que aquellos que no lo son y que dependen de los caprichos del mercado.